Dedicamos este espacio a Jesús Mendizábal, quien falleció el año pasado a los 101 años luego de una vida dedicada al trabajo y a su familia. Hombre afable, siempre se le veía de buen humor y a todos dedicaba una palabra amable.
Del libro XXX Aniversario del Centro Vasco, compartiremos aquí lo que podríamos llamar una breve reseña biográfica.
Jesús Mendizábal nació el 18 de diciembre de 1916, a las ocho de la mañana en Berriz, Vizcaya. Vivió en su pueblo natal hasta 1947, cuando se casó a los 31 años de edad. Estudió primaria y comenzó a trabajar desde muy joven en una fábrica de bicicletas. Al comenzar la guerra se alistó como voluntario con la República Española para luchar contra Franco. Estuvo en el batallón de zapadores, responsables de las fortificaciones. Debido a que durante el conflicto se presentaron muchas bajas, lo transfirieron a la infantería en la que estuvo hasta resultar herido el 24 de agosto de 1937.
Fue prisionero de guerra durante cuatro años y medio por pertenecer al Partido Nacionalista Vasco, cuyos militantes eran republicanos. Una vez que salió de prisión, debió presentarse semanalmente en la Guardia Civil. Comenzó a trabajar nuevamente en la fábrica de bicicletas, donde según él contaba, no lo querían. Luego se fue a trabajar a una empresa de mantenimiento de trenes. Contaba nuestro querido Chucho que eran tiempos muy duros, perdió a uno de sus hermanos en la guerra, otro estuvo preso con él y sus padres fueron castigados por el régimen franquista.
El Hotel Bilbao
Una de las hermanas vino a Venezuela con su marido y montaron hotel, al que llamaron Astor y estaba ubicado en la calle Colombia, a dos cuadras de la Plaza Bolívar, en el Centro de Valencia. Mendizábal decidió entonces venir también a Venezuela.
Trabajó con su hermana durante un año; tuvo noticias de un hotel abandonado llamado Los Andes, ubicado al lado del cine San Blas y le propuso al dueño, de apellido Márquez que él podría trabajarlo junto con Pilar, su esposa, y que repartiría las ganancias en 50% para cada uno. El señor Márquez aceptó y durante año y medio, regentó el local lo cual le permitió hacerse de un pequeño capital. Comenzaron a tener roces con el dueño y por 800 bolívares, decidió alquilar una casa en la misma calle Colombia a la cual llamó Hotel Bilbao. Contaba Chucho que llegó a tener simultáneamente huéspedes de diez nacionalidades distintas; principalmente eran inmigrantes, comerciantes, trabajadores de empresas, maestros de obra, montadores de máquinas, carpinteros, albañiles, entre otros.
Jubilación activa
En 1981, a sus 65 años decide alquilar el hotel. Esto cual le permitió disponer de tiempo libre para trabajar en la nueva sede del Centro Vasco. Enseñó el Espata Dantza a los jóvenes, ayudó en trabajos de electricidad y colaboró en todo aquello en lo que pudiera útil. Él con José Luis Unamuno, otro gran colaborador del Centro, dieron el primer pelotazo en el frontón aún sin terminar. Chucho fue quien plantó el árbol que está en la plaza y que hoy, frondoso, nos regala su sombra. A ese árbol muchos lo llamamos El Pilón de Chucho.
Desde aquí no podemos hacer otra cosa que agradecerle allá donde esté por su generosidad y cariño. Apreciado Jesús Mendizábal, conocido por todos como Chucho, estarás siempre en nuestros corazones. Eskerrik Asko.
Entrevista en 2005
En 2005, para recopilar los testimonios publicados en el libro del cual extraemos parte del texto de esta publicación, Natalia Díaz y Arnaldo Rojas realizaron una serie de entrevistas que quedaron registradas en video. A continuación compartimos dividida en 4 videos la entrevista que hicieran a Chucho en esa ocasión.